Título: Belleza equivocada.
Autor: Ana Cecilia Velasco Cantú
Historia:
Hace muchos años, existió una Fresa coqueta, atractiva, guapa y muy querida. Era esa frutita de la que todos quisieran tener por pareja, ya que llamaba la atención de todo aquel que la veía por sus curvas y sorprendente belleza. Un día la Jícama iba caminando por la calle, cerca del mercado por donde vió a lo lejos un grupo de hombres y le llamó la atención, por lo que decidió acercarse y se pudo percatar de que la señorita Fresa se encontraba en medio de ellos. La Jícama se sorprendió de la belleza de dicha fruta mientras que su cabeza no dejaba de pensar en ¿cómo ella podía ser querida por todos?. Ella siempre había pasado desapercibida por la vida de los demás, era fea, robusta y no tenía ese olor encantador que todo mundo reconocía de la Fresa.
Desde ese día la Jícama, todas las noches se pasaba las horas llorando en su habitación, desconsolada y frustrada, su llanto continuó día tras noche. Hasta que un día, a la Fresa se le ocurrió acercarse a ella y le preguntó:
¡Bonita!, ¿Qué te hace encontrarte de ésta manera? ¿ Acaso alguien te ha lastimado?
A lo que ella respondió enseguida:
-“Toda mi vida he estado sola, la mayoría de las veces suelen juzgarme por mi apariencia física sin conocerme, ya que como te puedes dar cuenta, no tengo unas curvas perfectas como las tuyas, ni ese color rojizo y mucho menos tu belleza radiante que desde lo lejos se aprecia ”.
La Fresa le dijo que se le hacía injusto que los demás la juzgarán porque era una fruta muy linda y noble, nadie tenía el derecho ni la autoridad para decidir si ella era o no realmente una fruta bella, por lo que la Fresa le ofreció su ayuda para cambiar esa situación que la deprimía y le robaba la paz, por lo que ella con mucho gusto aceptó.
Al día siguiente, había un carnaval en el pueblo donde se celebraba un concurso de belleza, sin embargo este concurso no solo tomaba en cuenta como calificación la belleza física, sino que también, calificaba aspectos de conocimientos, por lo que la Fresa no pensó dos veces y se fijó un único objetivo: preparar a la Jícama para que todo mundo supiera lo lejos que podría llegar alguien, sin importar la belleza que aparenten.
El día del concurso había llegado, la Jícama se sentía totalmente preparada pero a la vez estaba muy nerviosa, en cuanto entro, nadie paraba de verla y sorprendidos se preguntaban ¿quién era ella?.
Comenzó el concurso y las frutas del alrededor no quitaban la vista de la Jícama, fue pregunta tras pregunta, y la Jícama acertaba cada una de las ellas.
La Jícama logró llegar a la final, quedaron solamente la Cereza y ella, la pregunta final fue la siguiente: ¿ Para ti que es la belleza ?
Rápidamente la Jícama contestó.
- “La belleza no define a alguien, la belleza la podemos encontrar en cada cosa que nos haga sentir bien con solo percibir su presencia, es aquella que podemos contemplarla días enteros y jamás nos aburriría, la belleza es la esencia de cada ser que está dispuesto en dar lo poco o mucho que tiene a los demás, la belleza es tan sencilla como el olor de una flor”.
Al terminar el concurso, nombraron a la Jícama como la reina de la belleza de ese año. La Jícama y la Fresa se hicieron muy amigas. Después de todo la Fresa le hizo ver a la Jícama y a todos los demás que la belleza física no importaba, mientras estés dispuesto a ayudar a los demás para vivir con amor y paz interna.
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